Autonomía del cuerpo y sexualidades

 

Los cuerpos y las sexualidades están marcados por múltiples clasificaciones de sexo/género, etnia, posición social, entre otros. Desde el movimiento feminista se viene realizando una reivindicación sobre la sexualidad como derecho, que tuvo su máximo logro en la inclusión de los derechos sexuales en la Plataforma de Acción de Beijing (1995), cuando se define como  el derecho humano de las mujeres a tener control respecto de su sexualidad, incluida su salud sexual y reproductiva y a decidir libre y responsablemente sin verse sometida a coerción, discriminación o violencia. (Plataforma para la Acción, Párrafo 96, IV Conferencia Mundial de Naciones Unidas sobre las Mujeres).

Los derechos sexuales necesitan ser acompañados por Estados laicos que garanticen las libertades colectivas de las mujeres y que no intervengan en las decisiones individuales, así como  por hombres y mujeres con posturas críticas y emancipadoras.

Es por esta complejidad que los trabajos que desarrollamos desde esta área varían en función de los contextos donde se insieren.  Así apoyamos a procesos de empoderamiento individual, colectivo y político en lugares donde el Estado, influido por los fundamentalismos religiosos, las políticas conservadoras y  las tradiciones represoras, intervienen en las decisiones individuales de las mujeres sobre sus cuerpos y sexualidades, hasta servicios y redes entre mujeres  e incidencia política allí dónde es más crítico la garantía de servicios básicos dirigidos a las libertades colectivas de las mujeres.

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