Cinco mujeres integrantes del grupo Madres de Soacha, Luz Marina Bernal, Carmenza Gómez, Maria Sanabria, Melida Bermúdez y Lucero Carmona, han sido galardonadas con el premio ICIP 2012. Esta condecoración es concedida por el Institut Català Internacional per la Pau y su entrega se hará efectiva en los primeros meses de 2013 en el Parlament de Catalunya.
El premio supone un reconocimiento al valor, coraje y persistencia de la lucha de estas madres de Soacha (localidad cercana a Bogotá) cuyos hijos fueron ejecutados de manera extraoficial por el ejército colombiano entre 2007 y 2008. A raíz de estos hechos, las madres se unieron en un grupo , sin saber el paradero de sus hijos, para tratar de encontrar a sus familiares y descubrir cuál era el motivo de su desaparición. Sin embargo, el grupo de Madres de Soacha recibió un duro golpe cuando hallaron a sus hijos en una fosa común en Ocaña, en el noreste del país, y el ejército colombiano aseguró que se trataba de guerrilleros. Nada más alejado de la realidad, pues eran en verdad 19 jóvenes asesinados extrajudicialmente por el ejército en lo que se conoce como “falsos positivos”, ejecuciones de civiles a manos de militares con la intención de recibir los 2.500 dólares de recompensa que la ley establece por guerrillero abatido.
Ante tal atrocidad, las Madres de Soacha se organizaron para reclamar la verdad, justicia y la reparación por parte del estado colombiano. Las cinco mujeres premiadas forman parte de uno de los grupos más amplios y activos de las madres, y su lucha no ha resultado fácil ni gratuita. Han sido amenazadas, perseguidas y han visto como otros familiares eran asesinados. Sin embargo, pese al riesgo constante al que están sometidas, nunca han aceptado una indemnización por su silencio y han seguido trabajando intensamente para evitar la impunidad de estas acciones. Lamentablemente, su lucha no se ha visto recompensada. Aunque fueron muchos los miembros de las fuerzas de seguridad detenidos debido a la magnitud del escándalo, sólo 14 han sido condenados, mientras otros soldados iban quedando en libertad por vencimiento de plazos. Un dato duro e incomprensible, sobre todo teniendo en cuenta que el de los jóvenes de Soacha no es un caso aislado, sino que en Colombia están contabilizadas 3.183 ejecuciones extrajudiciales a cargo de actores del Estado, siendo en muchos casos asesinatos relacionados con “falsos positivos”.
El Premio ICIP está pensado para el reconocimiento de colectivos o entidades que hayan trabajado y contribuido de una manera destacada y dilatada a promover y fomentar la paz, por lo que la elección de las Madres de Soacha es una opción muy acertada entre las 16 candidaturas presentadas. Los principales motivos para su elección han sido el coraje y persistencia de su lucha ante la injusticia y la impunidad, obligando a actuar al gobierno y la justicia colombiana. El trabajo de las Madres de Soacha supone también una gran contribución a la creación de ciudadanía y a la defensa del estado de derecho, haciendo especial hincapié en la necesidad de reconocimiento y reparación de las víctimas. Es destacable también la importancia que tiene en este momento en el que las conversaciones entre gobierno y FARC han comenzado, el papel de estas mujeres en la lucha por recordar que la paz exige siempre políticas de memoria que puedan asegurar la reconstrucción y reconciliación de lo que ha sido maltrecho durante la fase más violenta del conflicto de Colombia.
Sin lugar a dudas, un premio más que merecido.
