Nuestra profunda preocupación ante esta nueva crisis global del sistema capitalista que continúa explotando los bienes comunes, privatizando los recursos naturales y mercantilizando el acceso a los derechos.
Esta crisis es civilizatoria. Abarca elementos económicos y financieros, pero también políticos, ambientales, culturales y sociales. Conlleva destrucción de la biodiversidad y de los recursos naturales, al tiempo que permite la consolidación de nuevas formas del patriarcado que incentivan y sostienen la criminalización del diálogo y el conflicto social. Resultado de este sistema y la nueva etapa de la crisis, lo es también el impacto de la privatización en la vida de las mujeres como «columnas vertebrales» del cuidado en el hogar, a donde nuevamente, se pretende confinarlas.