La iglesia y el aborto

En diferentes países de América se están llevando a cabo medidas respecto al aborto, algunas de ellas, ampliando los derechos de la mujer para decidir sobre su propio cuerpo, en otros casos, estas libertades se estan restringiendo ampliamente, la mayoría de veces a causa de la influencia de la iglesia en la toma de decisiones incluso en los países laicos.

El último episodio de esta larga historia lo ha protagonizado un joven sacerdote de la provincia argentina de Entre Ríos que ha afirmado que las recientes medidas adoptadas por la justicia argentina, desatarían un «carnaval de abortos». Esta nueva legislación permite abortar a las mujeres víctimas de violaciones, mientras que la anterior sólo lo permitía si la víctima padecía trastornos mentales.

Ya en 2011, se puso en marcha la aprobación de un proyecto de ley que pretendía despenalizar el aborto en las primeras 12 semanas de gestación. Esta vez, una fuerte campaña pública creada por la iglesia, interrumpió el proceso.

Esta situación no es única en el entorno latinoamericano, muchos estados están viviendo estas intervenciones. Es el caso de Chile, un país que se muestra en el escenario internacional como un paradigma de respeto y protección de los derechos humanos, pero que sin embargo prohíbe la interrupción voluntaria del embarazo incluso en los casos de peligro para la vida de la madre o del feto.Este hecho, lejos de evitar este tipo de prácticas, sitúan al país entre aquellos a la cabeza en la práctica de abortos ilegales en la región. En la mayoría de estos casos, se trata de mujeres pobres que acuden a establecimientos insalubres atendidos por comadronas con escasa o ninguna formación que muchas veces terminan con el fallecimiento de la madre.

Un poco más permisivo es el caso de Ecuador y Perú, donde el aborto está permitido cuando la vida de la madre o el feto está en peligro. En Colombia, por su parte, se tienen en cuenta atenuantes como la posición socioeconómica de la mujer y su familia. El aborto se permite en situaciones de extrema pobreza.

Otro caso destacable es el de Uruguay, cuyo parlamento había aprobado una ley que despenalizaba el aborto y tenía el apoyo del 60% de la población. Sin embargo, el entonces presidente Tabaré Vázquez vetó la ley contra todo pronóstico. Vázquez alegó que quería evitar un cisma en la sociedad, pero hasta sus seguidores aseguraron que había cedido a las presiones del ala radical de la iglesia.

La última modificación de la ley en Brasil también ha sido noticia en los últimos días, ya que admite el aborto en los casos de anencefalía (falta de una parte del cerebro) en el feto.

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