Las inversiones especulativas sobre granos básicos, el fomento de cultivos de exportación para hacer frente a la deuda externa en lugar de los cultivos para la alimentación y la producción de biocarburantes ante la subida del precio del petróleo son las tres causas principales de la subida de precios, lo que hace cada día más vigentes y necesarias las estrategias para la Soberanía Alimentaria de los países empobrecidos.
El relator especial de NNUU, Jean Ziegler, en la conferencia de despedida de su cargo, ha hecho una fuerte crítica de la Organización Mundial de Comercio, afirmando que su línea de trabajo es “totalmente contraria a los intereses de los pueblos mártires del hambre”. Igualmente acusa al FMI de seguir “políticas aberrantes” para promover cultivos de exportación en detrimento “de agriculturas de subsistencia”. La situación es tan grave que incluso el Banco Mundial habla de la conveniencia de establecer una moratoria sobre la producción de biocarburantes.
Ante esto Europa se felicita por el incremento de sus exportaciones de leche a China pero no se plantea ningún cambio de política. Parece que la situación no le preocupe demasiado y mientras sus subproductos agrícolas se vendes a bajo precio en África, colaborando a la ruina de los pequeños productores locales.
Por otro lado, la crisis económica que, iniciada en EEUU, afecta ya a todo el mundo rico, especialmente a España a causa de la burbuja inmobiliaria, tendrá consecuencias graves para los países empobrecidos. No tan solo bajarán las exportaciones, sino que además se reducirán las remesas de emigrantes, ya que serán los más afectados por el paro, y también bajarán las aportaciones de Ayuda al Desarrollo a causa de las dificultades de los gobiernos para hacer frente a la crisis. Una primera muestra de ello la tenemos en Catalunya, donde el Govern de la Generalitat aporta el incremento correspondiente al año 2008 en forma de crédito y no de donación, incorporando el crédito como mecanismo de “ayuda”, un precedente que esperamos ser capaces desde el sector de evitar que se consolide.
Que el calentamiento global afectará a los sectores más empobrecidos de la población es, desgraciadamente, una evidencia fuera de duda. Mientras tanto no solo EEUU no quiere tomar medidas al respecto, sino que, mundialmente, la combustión de petróleo y carbón continúa aumentando sin freno. Por cierto, los biocombustibles también provocan emisiones de CO2 y deberíamos plantearnos seriamente la reivindicación de una moratoria y, sobretodo, que dejen de estar subvencionados.
Ante este panorama tenemos que continuar trabajando para reforzar las organizaciones del Sur que plantean alternativas serias para hacer frente a sus problemas y son capaces de valorar la situación global, pero es especialmente importante hallar fuerzas entre todos aquellos que pueden tener objetivos similares a los nuestros, aunque sea parcialmente. En este sentido, nuestro trabajo en diferentes plataformas cobra una importancia primordial. Tenemos que dedicar los esfuerzos necesarios para que la Federación Catalana de ONGD y la Coordinadora Estatal, La Taula Catalana por la Paz y los Derechos Humanos en Colombia, el Grupo SUR y ahora, muy especialmente, la Red Solidaria ITACA, puedan, cada una desde su perspectiva y su ámbito concreto de trabajo, afrontar los retos que la actual situación plantea. Así mismo, en el ámbito local, en los Consejos Municipales de Cooperación y plataformas locales tenemos que promover acciones que ayuden al sector a superar la lógica de la captación de fondos para incidir realmente en las políticas municipales, acompañados del resto de entidades locales.