Se trata, pues, de salvar las instituciones financieras que han provocado la crisis; de garantizar la continuidad de un consumo incompatible con la sostenibilidad del planeta y de incentivar el latifundio para producir alimentos que se transformarán en combustibles.
Las únicas medidas que parecen razonables son las que irían dirigidas a controlar o limitar las capacidades de maniobra de los paraísos fiscales. Si realmente se concretan y son eficaces permitirían acabar con una buena parte de la especulación, y especialmente importantes serían si consiguieran acabar con la opacidad y movilidad de las grandes fortunas que provienen del tráfico ilegal, especialmente de personas, de drogas y de armas.
Con esta situación, nuestro trabajo de cooperación internacional tiene que insistir y ser más riguroso en la capacidad transformadora de las asociaciones, organizaciones o instituciones con las que trabajamos y, por lo tanto, tiene que ir acompañado de serios esfuerzos de incidencia política.
Analizando los últimos cuatro años de nuestro trabajo, donde teníamos tres ejes principales de actuación: equidad de género, soberanía alimentaria y participación ciudadana, hemos visto como el tema de equidad de género ha tomado una importancia superior al resto. Varios factores han influido en esta situación:
– Seguramente las organizaciones de mujeres con las que hemos trabajado tenían una perspectiva más transformadora y han sido más eficientes, en general, que las organizaciones donde lo tema género estaba sólo de manera transversal.
– La ofensiva fundamentalista contra los derechos de las mujeres y, especialmente, contra los derechos sexuales y los derechos reproductivos ha comportado, en países donde trabajamos, retrocesos importantes y ataques y persecuciones contra las organizaciones feministas.
Estos factores se suman a una práctica no suficientemente explicitada que nos hace valorar el éxito o fracaso de un proyecto en función, sobre todo, de comprobar si la organización con la que hemos colaborado tiene más capacidad o no, para defender los derechos de la población con la que trabaja, un golpe finalizado el proyecto.
Todos estos motivos, así como el interés y en consecuencia el éxito del X Foro de los Derechos Humanos “Género y Relaciones Internacionales”, y también, haber hecho un diagnóstico de género interno a Cooperacció, nos ha acabado de convencer sobre la importancia de asumir y promover acciones dirigidas al empoderamiento de las mujeres y a la sensibilización de la población en el Norte y en el Sur, para el reconocimiento y respecto de sus derechos. Este será el centro de nuestro trabajo y eje principal para los cercanos cuatro años. Esperamos que entre todas y todos lo sabremos hacer.
